TORTILLA DE PATATAS DECONSTRUIDA

Como entrada de estreno empezamos con un plato copiado de uno de mis blogs preferidos de cocina: I+D en mi cocina. De echo se lo dedico a Garbancita que nunca leerá esto pero que me gustaría que supiera que me flipa lo que hace (y eso que sólo lo he visto en fotos, ya si lo probara no quiero ni imaginarlo).
Sólo me atrevo a empezar con esta porque la cociné ayer y gustó a mis padres y hermanos, lo cual no carece de mérito hablando de mi hermano que es bastante comistrajas. Y también la incluyo para que mis compañeros de trabajo vean que es verdad que lo hice. Ahí vamos.

COMIDA DECONSTRUIDA: el que quiera saber qué es esto de la comida reconstruida que busque en internet que conseguirá información mil veces mejor de lo que yo pueda explicar.

INGREDIENTES (para 4)
- 4 patatas, ni muy grandes ni muy pequeñas.
- 7 huevos.
- 200 ml de nata (para cocinar eh!).
- 3/4 cebolla.
- Sal.
- Aceite.


A COCINAR

Vamos en tres partes: huevos - patatas - cebolla.
Lo primero es planear esto con tiempo porque tenemos que meter 4 de los huevos ENTEROS (con su cáscara y todo) en el congelador durante 3 días.
El día que nos pongamos a hacer la tortilla sacamos los huevos y dejamos que se descongelen (creo que unas 3-4 horas, pero no estoy segura).
Una vez descongelados los abrimos y separamos yemas y claras. Las claras lamentablemente no las podremos aprovechar para nada pero las yemas...magia! quedan como plastilina, son totalmente moldeables. Aquí las tenéis:

Con las patatas preparar un puré: se pelan, se cuecen, cuando estén blandas las sacamos del agua, las machacamos y les añadimos sal y aceite al gusto de cada uno (yo por ejemplo, bastante sal).

Y tal como dije el tercero de los pasos: la cebolla. Hay que picarla fina y freirla a fuego bajo, 30/45 minutos, hasta que quede dorada. Luego la sacamos de la sartén, la trituramos en la batidora (con paciencia, en teoría tiene que quedar fina sin grumos, a mí no me quedó así la verdad) y por último la mezclamos con la nata y con las 3 yemas de los huevos que nos quedan (sí, otras 3 claras que desperdiciamos, podéis hacer lo que queráis con ellas: otra tortilla, claras a punto de nieve...). Todo esto a la sartén a fuego bajo y lo tenemos ahí, removiéndolo continuamente, hasta que veamos que la salsa coge un poco de volumen.

Y ya está, a emplatar. Con un molde al efecto se haría mucho mejor pero como yo no tenía me dediqué a jugar con las yemas y el puré de patata como se me ocurrió. La idea es presentar los tres ingredientes por separado para que luego en la mesa se coja todo junto en una pinchada y: voilà, explosión de sabor en tu boca :-)
Antes de servirlo hay que poner un poco de sal sobre las yemas y calentar un poquito todo el plato cuando esté montado (horno o, en su defecto, microondas; pero poco tiempo).

QUÉ DELICATESSEN!!! UNA COSA SIBARITISSIMA!!!